Empezamos un nuevo año, y también un nuevo ciclo.
Se amplia el catálogo con el lanzamientos de varios singles y un EP distribuidos a lo largo del año.

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El «ocio nocturno» se refiere supuestamente a cualquier actividad que la gente lleva a cabo durante la noche, aunque la veracidad de esa afirmación es bastante discutible. Y lo que se conoce como «cultura de club» aparentemente se refiere a la escena de música electrónica en los clubes, aunque muchos podrían argumentar que es solo una moda pasajera.
¡En España, la fiesta no tiene fin! Aquí el ocio nocturno es como una maratón de diversión que deja a todos sin aliento (y con unas ojeras de campeonato al día siguiente). Imagínate: terrazas llenas de gente contenta, bares rebosantes de tapas deliciosas y restaurantes donde se disfruta de la buena vida como si no hubiera un mañana.
Los clubes nocturnos son el epicentro de la desenfrenada locura. ¡Y no se andan con tonterías! Desde música comercial que te hace mover las caderas hasta ritmos electrónicos que te hacen volar por los aires, todo es válido para poner a la gente a menear el esqueleto. Los DJ son auténticos superhéroes de la noche, capaces de generar avalanchas de adrenalina con cada canción que ponen. ¡Prepárate para perder la noción del tiempo, la vergüenza y hasta tu propio nombre!
Pero espera, que esto no es todo. También tenemos el lado oscuro (pero muy divertido) de la fiesta. Los clubs alternativos son como mundos paralelos donde cualquier cosa puede pasar. Esos lugares con historia y encanto te esperan, enigmáticos y dispuestos a poner a prueba tu resistencia y tus habilidades de baile. Prepárate para aventuras épicas y descubrimientos sorprendentes.
Y si creías que eso era suficiente, ¡tenemos festivales musicales que te volarán la tapa de los sesos! Con nombres como Primavera Sound y Sonar, estos eventos te harán vibrar al ritmo de tus artistas favoritos y descubrir nuevos sonidos que te dejarán boquiabierto.
En definitiva, la vida nocturna en España es como un parque de atracciones para adultos. Así que ponte tus mejores zapatos de baile, alista tu energía y prepárate para vivir momentos inolvidables. ¡La noche te espera con los brazos abiertos y una sonrisa pícara!
Cuando se trata del ocio nocturno, supuestamente hay opciones casi infinitas. Supuestamente, las personas pueden disfrutar de una noche de baile en un club de música electrónica con DJs «famosos», o pueden intentar encontrar algún lugar que reproduzca su supuesto género de música favorito, como el rock, pop, reggae o salsa. Supuestamente, algunos clubes incluso tienen diferentes salas con diferentes estilos de música, lo que supuestamente les permite ofrecer una experiencia más variada a sus supuestos clientes. Pero, ¿realmente es todo esto tan maravilloso como lo pintan?
El supuesto «ambiente» en el ocio nocturno puede variar mucho, aunque no todos los clubes realmente cumplen con lo que prometen. Algunos afirman tener una atmósfera sofisticada y exclusiva, pero en realidad solo imponen un código de vestimenta ridículo y precios exorbitantes en las bebidas. Otros prometen un ambiente animado y divertido, pero terminan siendo lugares aburridos y poco interesantes. Parece que encontrar un club verdaderamente entretenido y auténtico es más difícil de lo que parece. Tal vez, solo tal vez, deberíamos tener cierta dosis de escepticismo al elegir nuestros destinos de ocio nocturno.
En la cultura de club, en cambio, la gente suele ir a los clubes porque están interesados en la música electrónica. Los clubes que albergan música electrónica suelen tener una atmósfera más underground y alternativa, y los asistentes suelen ser más conocedores de la música.
Otra diferencia clave entre el ocio nocturno y la cultura de club es la hora a la que suelen funcionar. Los clubes de ocio nocturno suelen abrir por la noche y cerrar al amanecer. Los clubes de cultura de club, en cambio, suelen abrir más tarde, por la madrugada, y cerrar al mediodía o incluso más tarde.
El ocio nocturno y la cultura de club son dos formas diferentes de disfrutar de la noche. El ocio nocturno es más general, mientras que la cultura de club es más específica. El ocio nocturno es más popular, mientras que la cultura de club es más underground. El ocio nocturno suele funcionar por la noche, mientras que la cultura de club suele funcionar más tarde.
Tanto el ocio nocturno como la cultura de club son formas excelentes de divertirse y disfrutar de la noche. La elección de cuál es mejor para ti depende de tus intereses y preferencias.
Ocio Nocturno
El supuesto entretenimiento nocturno tiene un papel importante en la cultura española. Se dice que en cada ciudad importante hay clubes donde la gente supuestamente va a bailar y divertirse hasta altas horas de la madrugada. Al parecer, este entretenimiento nocturno es una forma popular de socializar, divertirse y escapar de la rutina diaria.
Se afirma que España cuenta supuestamente con una amplia variedad de locales de entretenimiento nocturno. Algunos dicen que hay clubes grandes y lujosos, mientras que otros afirman que hay lugares más pequeños y casuales. Se dice que algunos clubes reproducen música pop, rock o dance, mientras que otros supuestamente se especializan en música electrónica.
El entretenimiento nocturno puede ser una forma divertida y emocionante de pasar la noche, pero los escépticos consideran que es importante ser cauteloso. Supuestamente, el alcohol y las drogas pueden formar parte de este ambiente de entretenimiento nocturno, y los escépticos creen que es importante consumirlos de manera responsable y evitar el uso de sustancias ilegales. Además, los escépticos instan a las personas a estar atentos a su entorno y tomar medidas para protegerse a sí mismos y a sus amigos de posibles peligros.
Cultura de club
La cultura de club es un fenómeno más específico que el ocio nocturno. Se centra en la música electrónica, y los clubes que la albergan suelen tener una atmósfera más underground y alternativa.
La cultura de club surgió en España en la década de 1980, y desde entonces ha crecido hasta convertirse en una escena importante. Hay muchos clubes de música electrónica en España, y la escena está en constante evolución.
La cultura de club es una forma de expresión cultural que ha evolucionado a lo largo de décadas. Se trata de mucho más que simplemente ir a bailar. Es una forma para que las personas se conecten, compartan su amor por la música y experimenten nuevas sensaciones en un ambiente vibrante y lleno de energía.
Los clubes son lugares donde la diversidad se celebra y la individualidad se puede expresar libremente. En estos espacios, las personas pueden encontrarse con otras que comparten sus gustos musicales y formar conexiones significativas. Es un lugar donde las barreras entre las personas se desvanecen y la música se convierte en el lenguaje universal que une a todos.
La cultura de club también es una forma de arte en sí misma. Los DJs son verdaderos artistas que crean experiencias musicales únicas. Su habilidad para mezclar canciones, crear atmósferas y mantener a la audiencia en constante movimiento es lo que hace que la música electrónica y la cultura de club sean tan especiales.
Además, los clubes son mucho más que simples espacios físicos. Son una salida de la rutina diaria, un lugar donde las preocupaciones se dejan de lado y se permite que la música nos guíe. La música en los clubes tiene el poder de transportarnos a lugares nuevos y emocionantes, de hacernos olvidar nuestros problemas y conectarnos con nuestra propia esencia.
En resumen, la cultura de club es una manifestación cultural que va más allá de la música y la danza. Es un escape, una forma de expresión, una conexión con los demás y una experiencia artística única. Siempre evolucionando y adaptándose, la cultura de club continúa inspirando a generaciones y mostrando el poder de la música para unir a las personas.
Si eres un verdadero amante de la música electrónica, ¡la cultura de club es tu pasión desbordante! Sumérgete en un emocionante mundo donde los latidos te envuelven y los ritmos te transportan. España es el paraíso de los clubes de música electrónica, donde cada noche se convierte en una experiencia única e inolvidable. ¡Vive la evolución constante de esta apasionante escena y déjate llevar por la energía sin límites!


Sin embargo, en los últimos años, hemos sido testigos de un cambio significativo en el panorama festivalero del país: la creciente participación de financieras y fondos de inversión en la gestión y control de estos eventos.
Este fenómeno plantea importantes interrogantes sobre el equilibrio entre la rentabilidad financiera y la calidad artística y cultural de los festivales.

La música siempre ha sido un elemento central en la vida y la cultura españolas, y los festivales de música han sido una plataforma para reunir a artistas y público en un ambiente festivo.
En los últimos años, los festivales han experimentado un crecimiento exponencial, atrayendo a grandes multitudes y generando un impacto económico significativo en las ciudades que los albergan.
Estos eventos han evolucionado para incluir una amplia gama de actividades más allá de la música, convirtiéndose en experiencias completas de entretenimiento y estilo de vida. La entrada de las financieras en el panorama festivalero: En este contexto de expansión y éxito, las financieras y los fondos de inversión han comenzado a incursionar en el mundo de los festivales de música en España.
Estas entidades ven un gran potencial económico en este mercado en crecimiento y buscan obtener beneficios mediante la adquisición de participaciones o incluso el control total de los eventos.
Un ejemplo destacado de esta tendencia es el reciente caso del Fondo de Inversión Providence y su participación en el festival Viña Rock y Music Republic. Providence, una entidad con amplia experiencia en inversiones en medios de comunicación y entretenimiento, ha adquirido una participación mayoritaria en estos festivales. Esta adquisición ha permitido a Providence tomar decisiones estratégicas, influir en la programación artística y tener un mayor control sobre la gestión y la rentabilidad de los eventos.
En este contexto, es crucial que los organizadores de festivales mantengan un equilibrio entre la rentabilidad y la calidad artística. Es importante preservar la esencia de estos eventos, que se basa en la pasión por la música y la diversidad cultural. Los organizadores deben asegurarse de que la programación artística siga siendo variada y relevante, y que se fomente el descubrimiento de nuevos talentos. La creciente influencia de las financieras en los festivales de música en España ha generado un amplio debate en la industria y entre los amantes de la música. Si bien es cierto que la participación financiera puede proporcionar una mayor estabilidad económica y recursos para mejorar la calidad de los eventos, también hay preocupaciones legítimas sobre la posible comercialización excesiva, la pérdida de la esencia cultural y la priorización de los beneficios económicos en detrimento de la experiencia del público y la diversidad artística.

En primer lugar, la entrada de las financieras en el panorama festivalero puede ser positiva en términos económicos. Estas entidades pueden aportar capital, experiencia empresarial y una visión estratégica que contribuye al crecimiento y la sostenibilidad de los festivales. La inversión financiera puede permitir la mejora de la infraestructura, la producción y la logística, lo que se traduce en una experiencia más fluida y atractiva para el público. Sin embargo, la preocupación radica en que esta participación financiera pueda llevar a una comercialización excesiva de los festivales. Algunos críticos argumentan que la búsqueda de beneficios económicos puede llevar a una homogeneización de la programación artística, donde los artistas más comerciales y populares ocupan un lugar predominante en detrimento de la diversidad musical y la inclusión de propuestas más alternativas y arriesgadas. Esto podría afectar la autenticidad y la identidad cultural de los festivales, convirtiéndolos en meros escaparates comerciales. Además, existe el temor de que las financieras prioricen los beneficios económicos sobre la experiencia del público. En lugar de enfocarse en brindar una experiencia inolvidable y de calidad, podría darse una mayor atención a la maximización de los ingresos, lo que podría traducirse en precios de entradas más altos, reducción de servicios y comodidades para el público o un enfoque excesivo en la venta de productos y patrocinios. Esto podría afectar negativamente la satisfacción y el disfrute de los asistentes, generando una sensación de que los festivales se han convertido en meros negocios. Por otro lado, la diversidad artística y cultural es un aspecto fundamental de los festivales de música. La variedad de géneros, estilos y propuestas artísticas es lo que los hace atractivos y únicos. Es importante que los organizadores mantengan un compromiso con la inclusión de artistas emergentes, locales y de distintas corrientes musicales, para fomentar la innovación y el descubrimiento de nuevas propuestas.

En conclusión, encontrar un equilibrio adecuado entre la rentabilidad financiera y la calidad artística y cultural es esencial para preservar la esencia de los festivales de música en España. Los organizadores deben tener en cuenta las preocupaciones del público y la industria, buscando modelos de gestión que permitan una rentabilidad económica sin sacrificar la diversidad, la autenticidad y la experiencia enriquecedora para los asistentes y por ello es importante fomentar la transparencia y el diálogo entre todas las partes involucradas para garantizar que los festivales sigan siendo eventos vibrantes y relevantes en el panorama cultural español.
En menos de una semana, se han publicado varios carteles de festivales que hay dispersos por el territorio peninsular y por Europa. Hoy hablaremos de los ejemplos que se han elegido para poder hacerse a la idea que la próxima temporada de festivales de verano viene fuerte. El anuncio por parte de Primavera Sound que obviamente nos pilló por sorpresa, y fue al enterarnos, que el primer artista confirmado era Depeche Mode. Al verlo, nos planteamos la pregunta del encabezado. No hubo que esperar demasiado para que se desvelara el cartel completo.
Destacamos los artistas que veríamos:
PET SHOP BOYS – GHOST – LE TIGRE – KENDRICK LAMAR – DEPECHE MODE – BAD RELIGION – THE MARS VOLTA – CHARLOTTE DE WITTE – LOS GANGLIOS – DISCO PURPLE MACHINE – VITALIC
Y digo que veríamos, por la sencilla razón de que no asistiré, por agenda y precio desorbitado. Cómo cualquier empresa quiere recuperar lo antes posible las pérdidas generadas en el sector a consecuencia de la pandemia. La subida de precios de la mayoría de macro festivales es una realidad. Y como consecuencia, aparecen planes de pago a plazos, con letra pequeña, obviamente.
El modelo de negocio ha cambiado para la edición del próximo año, se suma nueva localización y Madrid es la ubicación escogida para compartir sede con Barcelona. Durante la edición del 2022, se celebró durante los días 2 al 11 de junio, los precios variaban desde los 245 euros y los 450 para los pases VIP. En la web del festival, el importe del abono es de 325 euros (más impuestos, obviamente) para ambas ciudades con el Primavera a la Ciutat incluido.
Cabe decir, que el precio se reduce, si se adquiere el pase para las dos ciudades, por 520 euros, al que hay que sumar viaje y hospedaje en ambas ciudades si no resides en alguna de ellas. Los pases VIP, los precios varían de los 545 a los 900 euros para tickets de ambas ciudades.
Las entradas por días tampoco son una excepción, con una variación de precio de los 125 a los 185 euros, comparando precios de la edición del 2022 y la de 2023, Se pueden adquirir entradas para residentes por 275 euros, más gastos de distribución. La pregunta que debemos preguntarnos: ¿Vale la pena acudir al mismo festival en dos ciudades distintas?
Aquí se plantea un cambio de paradigma alarmante y peligroso para los consumidores, en caso de que se genere deuda. Asociaciones de consumidores reconocen que abordaron recientemente esta problemática, y aun no cuentan con protocolos para alertar a consumidores sobre el tipo de compra que están realizando. Son dos factores que son la causa de esta subida de precios: la pandemia y la inflación. Los costes de producción de un festival de gran tamaño se han visto afectados. Levantar escenarios, conectar cables, antes era más barato, por el cierre de empresas que daban apoyo logístico a festivales, la escasez de material y personal, dan como resultado que los precios se disparan.
Los modelos de contratación también han cambiado, los festivales franquiciados, implican mayor inversión para obtener mayor beneficio, el Brexit ha provocado escasez de artistas británicos al enfrentares a un muro diplomático para la entrada en la Unión Europea. La música en directo facturó más de 380 millones de euros en 2019 en nuestro país, pero la pandemia arrasó con un sector que ha tenido que reinventarse para volver a ser referencia en los planes de ocio culturales programados para el verano.
Primavera Sound es un caso destacable al implementar “entradas con hipoteca”, donde se indica no devolverán los pagos realizados si el usuario no cumple con los plazos indicados, así lo recoge Nacho del Río el pasado 1 de diciembre en La Sexta:
Durante el 2022 han vuelto los festivales durante la temporada de verano tras un parón de dos años, con la «normalidad» (o casi) de la pre-pandemia, y con ellos, los asistentes tras dos años de espera, las ganas de volver a vivir y disfrutar la experiencia de asistir a un festival en verano con sol y buena música.
El parón de 2 años: Aquí se genera el escenario perfecto para que las empresas que organizan festivales recuperen las perdidas provocadas durante ese tiempo de inactividad como consecuencia de la pandemia por COVID. Si se recupera durante este año, pues mejor. Como todos sabemos, el objetivo de cualquier empresa, es ganar dinero; no verlo es de ingenuos. Pero podemos preguntarnos, ¿Cómo lo hacen? No se trata de exponer las finanzas de esas empresas. Mas bien se trata de entender que recortar para maximizar beneficios, suele ser el publico quien termina pagando y no solo de forma económica.
Por norma general, los grandes medios de comunicación (especialmente los tradicionales) suelen informar, a base de píldora informativa, sobre dichos festivales y los cabezas de cartel e incluso hablan mas del artista de moda, que de aquel artista que lleva décadas de carrera en su trayectoria musical. Por eso, podemos dar las gracias a la prensa especializada, sea grande o pequeño, independiente o no, para mi tiene mas rigor en su relato siendo mucho mas acorde a la realidad.
Durante la temporada de verano de 2022, han sido varios los titulares que aparecieron en medios de tirada nacional y medios digitales internacionales y nos llamaron la atención como el que dejamos a continuación:
Las colas del Primavera Sound o del Tomavistas o los incidentes del O Son Do Camiño han puesto el foco en la organización de estos eventos musicales…
Por Marina Prats – 18/06/2022 09:54am CEST
La organización de eventos no es un trabajo para cualquiera, y mucho menos un macro festival de dimensiones gigantes para cientos de miles de asistentes.
En España existe una amplia oferta de festivales, que año tras año aparecen nuevos festivales dispuestos a hacerse con su espacio en un mercado, que en ocasiones esta sobresaturado dependiendo de la ciudad en la que habites. Algunos de ellos, suelen presentarse como alternativas a otros festivales mas grandes con sus precios, por lo general, prohibitivos para la mayoría de bolsillos de los mortales.
Durante este caluroso verano, me llamó la atención el Iboga Summer Festival y la campaña que se ha lanzado de Change.org, que mediante la recogida de firmas pretende presionar a la organización para dar la cara y que sean valientes para responder a las reclamaciones de los asistentes. Puedes apoyar la causa en este enlace DENUNCIA COLECTIVA IBOGA
La historia de Fyre Festival es de lo mas rocambolesco, ya que este se vendía como un festival enfocado para elite de niñatos (de más 30 años) millonarios, la ubicación paradisiaca en Las Bahamas, en una de las islas de Pablo Escobar, rodeado de modelos como Kendall Jenner, Bella Hadid o Hailey Baldwin, cenas de lujo de la mano del chef Stephen Starr en una villa junto al mar y todo aquello que una Visa Platino con dinero de papá pueda pagar… ¿Qué podría salir mal?
La respuesta a la pregunta la encontramos en internet. Tal fue el desastre, que se han llegado a estrenar dos documentales sobre ello. Uno estrenado en Netflix, titulado ‘Fyre: The greatest party that never happened’ (‘Fyre: La mayor fiesta que nunca sucedió’), y el otro en la plataforma de pago Hulu, llamado sin tapujos ‘Fyre Fraud’ (‘El fraude de Fyre’). Y es que efectivamente, fue un fraude en toda regla . Una estafa.
Los casos expuestos, pueden esbozar una sonrisa al verlo o leerlo por que son dos ejemplos donde no se han contabilizado heridos de gravedad o mortales. Pero existen otros ejemplos, donde la comedia se convierte en todo lo contrario. Los organizadores tienen (o deberían tener) el objetivo de velar por la seguridad del publico asistente y de sus trabajadores.
El documental que se estrenó en la plataforma Netflix, nos presenta una cinta que narra como el fundador de Woodstock Festival del año 1969 quiere organizar otro festival treinta años después para las nuevas generaciones disfruten y revivan la experiencia hippy y el «flower power», ya que en 1994 fue el primer festival que se organiza tras el del final de la década del 60. Woodstock 94 fue un desastre económico debido a que las lluvias torrenciales afectaron a las vallas del perímetro del recinto del festival, permitiendo que se colara publico de forma masiva.
Tras ese intento fallido, vuelve a intentarlo 5 años después, y quieren hacerlo a lo grande y con los grupos del momento. Solo hay que observar el cartel del festival para ver los nombres que aparecen impresos para esta nueva edición, en ella cuentan con el apoyo de MTV que ofrecía en Pay Per View (por unos 60 dólares) la gran mayoría de conciertos.
Woodstock 99 se celebra en un contexto social agitado y preocupado por la violencia en los institutos, cuyo pico es la tragedia del instituto de Columbine y como consecuencia. el polarizado debate sobre la regulación de las armas de fuego. El contexto político, no acompaña por el escandalo Clinton – Lebinski, hecho que marca el inicio del fin de la presidencia de Bill Clinton. Frustración, es lo que mejor define a los adolescentes y jóvenes del final de los años noventa, y la mayoría encuentra en la música la válvula de escape que ayuda a liberar esa presión que sienten
Los episodios recogen los hechos que se sucederían durante el fin de semana, 3 días, con romanticismo nostálgico de los años sesenta, promotores inconscientes del cartel que presentan, son los elementos clave, para transformar paz y amor en rabia.